lunes, 11 de diciembre de 2017

La Poesía de Argenis Daza Guevara


El Poeta José Quiaragua Pinto me ha enviado desde Caracas, tres ejemplares del libro “Sin ninguna Extensión bajo palabra”, edición post morten, del poeta Argenia Daza Guevara, a  objeto de interesar a Ramón Córdova Ascanio para bautizarlo en la Galería “José Martínez Barrios”, de su bufete, en la ocasión de él celebrar los 50 años de periodismo de Enrique Aristeguieta.
El libro de mil ejemplares, fue dado a la luz y puesto en circulación por la Editorial Espada Rota, colección dorada,  como homenaje al poeta, muerto en accidente.
Argenis Daza Guevara nació en Tumeremo en 1939 murió de un accidente  en Caracas en 1994. Hizo estudios de Derecho en la Universidad Central de Venezuela. Poeta y ensayista de destacada trayectoria. Profesor de la Escuela de Comunicación Social de la UCV y colaborador de diversas publicaciones periódicas venezolanas. Perteneció al grupo literario "En Haa", de fuerte presencia en el quehacer cultural de los años 60. Su obra poética está recogida en los libros: Espadas ebrias, 1959; Actos de magia, 1964; Juego de reyes, 1967; Irreales, 1973; Testimonios, Héroes y Cábalas, 1976.
Las palabra de envío del poeta Quiaragua dice:  “Américo, Daza dejó amigos que lo recuerdan en las barras de esta ciudad.  Fue un gran amigo que me acercó a los poetas ingleses.  A Ramos Sucre y a  Yorges Seferis.  Excelente conversador y mejor  para la noche y los vinos.  Siempre lúcido con mente de alguien que en equilibrio, está construyendo una poesía erudita, de asombro, dualidades y certeza”
La poesía de Argenis, por lo que he leído, no es una poesía discursiva, expresiva, de fácil acceso, como la poesía de Pablo Neruda, Andrés Eloy Blanco o Víctor Salazar su compañero de ruta junto con José Balza y Carlos Noguera, es más bien, una poesía hermética, cerrada, casi asfixiante, que da saltos y se sumerge en incomprensibles profundidades.
Velias Bosch, en  su antología “Gente del Orinoco” dice que el “poeta guayanés reafirma sus méritos poéticos en la ambigüedad de su lenguaje lírico y en la vigoroso aprehensión de la realidad como juego y artificio existencial”.
En el año de aparición de su libro Actos de magia,  su paisano Guillermo Sucre, señaló el universo mágico como elemento predominante en la poesía de Argenis "pero su poder transfigurado no es nunca tan dominante, su especial disposición para captar lo alquímico y lo mágico en estado de gracia y de pureza" (. ..) "Sería equivocado ver en estos versos un reflejo simplemente idealizado de la realidad física. Se trata, más bien  una creación mítica donde lo real se niega toda virtualidad  y se vuelve imaginación pura y absoluta".
El escritor y crítico, Juan Liscano califica su poesía de elusiva y ambigua, en tanto, Luis García Morales la denomina “poesía con esa antigua noción de lo poético".
Este último libro de Argenis es como lo indica un poema utilizado como título, una “secuencia de abismos en tonalidades distintas”.  Así podríamos sentirlo en este poema con el cual se inicia su libro:
PERENNES / A perpetuidad / mantén el azar de lo continuo / de toda distancia  / semejante a muerte y acto de vida  / en el múltiple ser uno y ninguno. Acoso del tiempo / parsimonia / sombra sin sombra ni caída fuera de sí./ Etapas innecesarias
Destierro / sonidos de tempestades comenzadas en los delirios ocultos / los nombres amados / pertenecen a las conciencias donde no hay lugar para nombres amados. Cesa la síntesis. / Asomo tras asomo / lo próximo en retroceso / y bajo y sobre / encuentras el discurso del arrepentimiento.
         Siguiendo la calificación de  Liscano de ambigua y  elusiva, vale decir no concreta y específica sino de diversa interpretación, he pensado  que en este poema, el Poeta recomienda una opción en la verdad de la perennidad o perpetuidad, la opción del azar. Porque a fin de cuentas eso es la vida, un juego de azar, en que la sorpresa de lo inesperado es el aliciente lúdico de la existencia, suficiente para uno que no es nadie no obstante ser uno, múltiple o ninguno.  Siempre acosado por el tiempo que virtualmente no hace mella en nuestra sombra parsimoniosa sin sombra que lo cobije aún en “caída fuera de sí”, en todo caso, son etapas de la vida no necesarias si constantemente estás en el destierro  atormentado por los “sonidos de las tempestades comenzadas en los delirios ocultos” de los nombres amados que bien sabemos pertenecen a la conciencia  donde no existe lugar para ellos.  La vida es una síntesis de asomo tras asomo donde lo próximo retrocede hasta cesar bajo tierra prendido de la angustia de poder aflorar  hasta dar con el discurso del arrepentimiento por haber nacido o vivido. 


                   

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